¿Por qué tomamos malas decisiones ?
La toma de
decisiones es un tema tan estudiado como comentado. Al lector no le costará encontrar un buen
número de publicaciones, cursos y discusiones sobre los mecanismos adecuados
para la mejor resolución de problemas y toma de decisiones.
Si es ud. Un
adscripto a la escuela de la excelencia operacional tendrá en sus manos un puñado de técnicas de colección de datos y
análisis que lo guiarán a la decisión más conveniente.
Podrá seguir los paso de procesos tan
simples y ampliamente divulgados como el PDCA (representado en la primera figura)
o podría optar por guías algo más detalladas como la que usa la consultora Mc
Kinsey (de quién tomamos prestado su esquema general).
Han llegado
en auxilio técnicas paralelas que nos ayudan a valorar opciones cuando debemos considerar
con variedad de soluciones posibles. Un
ejemplo de ello es la ecuación de valoración de escenarios que se conoce como
matriz de impactos cruzados.
El criterio
de usar producto para la valoración de los criterios de selección responde al deseo de aumentar la sensibilidad paramétrica de la ecuación.
Valoración = P Esc.
X ( C Tiempo x C Costo x C Impacto
x C Factibilidad)
Dando origen a una matriz de resultados como la
presentada en la siguiente figura. El escenario probable será aquel que alcance una probabilidad de 0,8, improbable estará en 0,2 y lo imposible tendrá probabilidad cero.
A pesar de
contar con todos estos elementos, y sólo enumeramos algunos a modo de ejemplo, seguimos
cometiendo errores en la toma de decisiones. Por qué nos ocurre esto?
Pue bien, un
trabajo estadístico basado en una encuesta realizada por Mike Erwin del Harvard
Business Review en 2019 concluye que hay 6 aspectos que influyen fuertemente en
la calidad de la toma de decisiones.
- Fatiga en el proceso. La
capacidad de concentración y análisis baja rápidamente en reuniones
prolongadas y con variedad de temas.
Tiempos prolongados en el proceso de toma de una decisión no suma
calidad en la misma. sino que puede llevarla al fracaso.
- Distracción omnipresente. El tsunami de información al que nos
somete la tecnología genera una situación de distracción que dificulta
concretar un análisis que se alimenta continuamente con nueva información.
- Pocas opiniones educadas. Se
estima que en una reunión de 5 o más personas, 3 de ellas hablarán el 70%
de la misma. Esto limita los
aportes que todos pueden hacer limitando igualmente la riqueza de la
calidad de la decisión que se tome.
Un adecuado manejo de las reuniones es clave. Para la consulta seleccione
a todo aquel que pueda aportarle valor con información sólida y criterio
antes que aquellos que coinciden con su mirada.
- Multi tarea. Esta es una
realidad ineludible del presente, sin embargo está probado que la
efectividad en la toma de decisiones disminuye cuando se está atendiendo
dos o más tareas que requieren esfuerzo cognitivo en forma simultánea.
- Emociones. Las emociones de las personas y de los equipos pueden
afectar seriamente la calidad de las decisiones. El juicio nublado por la pasión, la
frustración, el enojo afecta muchas veces en forma imperceptible y saca de
control a la toma de decisiones.
- La inmovilidad del análisis interminable. La abundancia de información o la
búsqueda de la exactitud y variedad de enfoques lleva a una suerte de
estado permanente de análisis que no permite derivar en una toma de
decisión definitiva que llevar a la práctica. Un método moderno para
evitar una decisión es proponer un nuevo análisis o la toma de más datos,
siempre habrá algo novedoso por hacer, salvo que esto evita arribar a una
conclusión ….
Creo que hay
en estos puntos mucho para mirar a cómo tomamos decisiones. Lo más interesante desde
mi visión es que ninguno de estos impedimentos pasan por lo metodológico sino
por el comportamiento disciplinado y autogestión de quienes tenemos que tomar
decisiones. ¡Está en nosotros y no en
los métodos !
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